martes, 1 de julio de 2014

LAS PREGUNTAS QUE LOS PADRES NO HACEN (PARTE I)

La historia y la experiencia nos muestran que los jóvenes deportistas que trabajan duro son más felices, sin embargo esta cuestión no parece figurar en lista de "cosas que debo saber" de los padres. Los jóvenes que están más comprometidos con el equipo demuestran ser más compasivos y desprendidos con los demás a lo largo de sus vidas, pero este aspecto nunca surge en una conversación con los padres. Y los jóvenes más dedicados al entrenamiento tienen mejores resultados académicos, pero la mayoría de padres obvian este aspecto y tratan de disuadir a sus hijos de que se dediquen tanto al deporte por temor a que el tiempo de entrenamiento suponga una merma en su expediente académico.

A pesar de todo, los padres que libran esta batalla contra la realidad se niegan a dar su particular partida por perdida, y los hijos terminan por sentir tal presión que se pasan el día trabajando, pasando por alto los aspectos realmente importantes del entrenamiento y la competición, y se centran exclusivamente en la próxima competición, y la próxima, y la próxima, y la próxima...

Con frecuencia rescato del pasado las experiencias que he vivido en mi juventud cuando nadaba, y viendo a los chavales y a sus padres en la piscina, y fuera de ella, siento añoranza y un profundo agradecimiento por la oportunidad que mis padres nos dieron a mis hermanos y a mi de practicar este deporte y por acompañarnos en este y otros procesos. 

En la última charla para padres hablé sobre la relación entre el perfil de los padres y el éxito de los hijos. La relación de factores que inducen al éxito o el abandono de la práctica deportiva, y cómo el manejo del proceso de desarrollo afecta a la relación padre-hijo. De esa charla y el debate que suscitó me quedó la impresión, un tanto desoladora, de que la mayoría no tiene muy claro cómo el deporte ayuda al crecimiento de los hijos, ni la magnitud del impacto que el entrenamiento de competición tiene en todos y cada uno de ellos.

En muchos casos, más que una decisión meditada, parece que las familias se suben a una cinta transportadora, como por casualidad, y van descubriendo con mayor acierto o desacierto este mundo. Se excitan o se abruman, se sorprenden o permanecen impasibles. Finalmente la mayoría parece animada por encontrarse inmersos en este fantástico mundo, pero sumergidos en un mar de confusión.

Y lo cierto es que los hijos que tienen la suerte de nacer en una familia que les da la oportunidad de practicar deporte de competición y desarrollarse en los valores del mismo crecen de un modo muy diferente de aquellos que no tienen esta oportunidad.

De la reflexión post-reunión, la lectura y del análisis de la experiencia acumulada me hago una composición de lugar con el firme propósito de procurar comprensión sobre los aspectos realmente importantes del entrenamiento y la competición.

Sólo un padre y una madre comprenden el esfuerzo que supone dar esta oportunidad a sus hijos. 



¿PORQUE LO HACEN?

Cada padre toma las decisiones y lleva a cabo las acciones que estima convenientes para conseguir el fin último de la educación, que sus hijos sean felices. Si los hijos son felices, los padres, normalmente, son felices, y rara vez, los padres son felices si sus hijos no lo son. 

Todos comprendemos los beneficios de practicar un deporte, "grosso modo" salud, bienestar y adecuación del entorno social.

PERO ¿PORQUE UN DEPORTE DE COMPETICION?

Cuando una familia decide involucrarse en el mundo de la competición los beneficios básicos de la práctica deportiva quedan ampliamente superados. A menudo les recuerdo a muchos que para conseguir tales objetivos basta con caminar 30 minutos o jugar el partido con la peña 2 o 3 veces por semana. 

A pesar de que creo que hay multitud de respuestas a esta pregunta la mía es rotunda:
Independientemente de tu nivel deportivo, el entrenamiento de competición y la propia competición te empujan una y otra vez hasta límites que no puedes alcanzar de otro modo. El entrenamiento es un reto diario.
El deporte es SALUD

 el entrenamiento de competición es
SUPERACION Y DESARROLLO

"Los padres y entrenadores que no entienden esta exquisita diferencia, ni comprenden el significado de desarrollo, están destinados a librar infinidad de batallas para terminar perdiendo su particular guerra."



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